Mr. Bu: 2013

2.12.13

EOLO Y BUCHITO

Que un niño reciba ropa como regalo de Navidad… puede resultar un coñazo (para él, digo), a no ser que la ropa esté habitada por extraños y divertidos seres (que, casualmente, es nuestro caso) a los que los niños pueden conocer y REconocer en sus camisetas cada vez que se las pongan gracias a que sus mayores cercanos han estado leyendo con ellos historias sobre estos personajillos.
Casualmente, como digo, nuestros personajillos tienen sus historias, que no son famosas ni salen en la tele, necesitan de la colaboración de los adultos con sus niños para que les lleguen, así la alegría del instante en que reciben el regalo se repite cada vez que tu peque te pide que le cuentes la historia de ese bicho con pelos que lleva en la camiseta y que va a compartir el día con él.
Pues eso, que aquí tenéis nuestras historias:
http://misterbu.com/tales
Y que si os apetece más tenerlas impresas, mándennos ustedes un mail a dequiles@gmail.com y les mando el archivo en calidad de impresión para que hagan ustedes con él lo que más conveniente crean, sin ánimo de lucrarse, claro, pero para eso está la confianza en las personas.

28.11.13

croquetas caseras

CROQUETAS CASERAS

Últimamente parece que la palabra ARTESANO arrastra connotaciones peyorativas, lo asociamos a collares de bolitas y alambres, pulseras de hilos y ceniceros hechos con latas de coca-cola… que también. La pena es que se pierde el sentido más puro y romántico de la palabra, el que habla de un trabajo que implica talento y experiencia, y el esfuerzo de prescindir de la tecnología innovadora para ofrecer un buen producto y sus valores, incluído el de la mano de obra, que por si se nos ha olvidado, es algo que estamos dejando volar y, con ello, muchos puestos de trabajo.

El caso es… que todos preferimos unas buenas croquetas caseras antes que una bolsa entera de las ultracongeladas megartificiales, o no? Y si no sabemos hacerlas, bien nos gusta que nos las sirvan unos señores mayores en un bar de los de “toa la vida”, nada de franquicias, queremos unas manos expertas en hacer croquetas, y si puede ser, con la receta de los ancestros más lejanos.

Pues bien, en eso queremos calidad, pero a la hora de vestir parece que preferimos cantidad “a cualquier precio”, alegando que a nuestro bolsillo le sale más rentable pero olvidando que a las vidas de muchos otros niños les cuesta muy caro.

Yo no soy la voz de la conciencia de nadie, pero tengo que defender mi trabajo (y el de todos los artesanos) porque me parece que hacemos un esfuerzo laboral y ético que hay que tener en cuenta. El que quiera, que lo comparta y valore los oficios artesanales que intentamos poner un poco de cordura y sentido a este mundo de locos, y el que no, por lo menos que luego no se queje de una crisis que provoca principalmente el consumo monopolizado por cuatro grandes empresas.

Que tengáis felices compras y la suerte de disfrutar de unas buenas croqueticas hechas con amor y buena compañía, que al final es lo que importa.